Hace 53 años, el 23 de septiembre de 1972, Agustín Tosco era liberado de los calabozos de la dictadura y cientos de militantes fueron a recibirlo “masiva y combativamente”, primero en Trelew, después en Buenos Aires, más tarde en el aeropuerto de Córdoba y finalmente en el acto en Redes Cordobesas, donde reiteró su “decisión de no claudicar ante la dictadura”.
Había sido detenido el 28 abril de 1971, días después de la jornada de lucha que pasó a la historia como el Viborazo, que provocó la caída del interventor de la provincia, Uriburu.

Aquel conmovedor momento quedó reflejado en el Eléctrum, que celebró su liberación gracias a la lucha de los sectores combativos:
Tras casi diecisiete meses de encierro, primero en Villa Devoto, luego en Rawson, recuperó su libertad el compañero Agustín Tosco. Ello se concretó (…) coronándose de esa manera con éxito, las jornadas de lucha que los trabajadores llevamos a cabo desde el momento mismo en que la dictadura dispusiera arbitrariamente su encierro. Es claro que la dictadura en concomitancia con el “participacionismo” traidor a la clase trabajadora ha querido mostrar sin mayor fortuna que la libertad de nuestro compañero era el fruto de los diálogos, entre el ministro del Interior y el secretario General de la CGT Nacional, pero esas intenciones tienen piernas cortas. Los trabajadores y el pueblo saben que no hay tal cosa y que, muy por el contrario, el abandono de la cárcel por parte del compañero Tosco es consecuencia directa de la cada vez mayor presión ejercida con todos los medios por los sectores populares en lucha contra el régimen (…)
La primera recepción se concretó en Trelew, a pocos kilómetros de la cárcel donde había permanecido hasta horas antes. Allí el pueblo patagónico, que lo apoyó y se solidarizó con él durante el período de cárcel, salió a recibirlo organizando un acto público al que masivamente acudieron todos los sectores ligados a la lucha popular. Posteriormente sería la Capital Federal la encargada de recibirlo combativamente. Alrededor de cinco mil personas manifestaron en las calles, dejando claramente sentada su posición de lucha. (…) El compañero Tosco, en conferencia de prensa, fijó su posición sin claudicaciones pese a la persecución a la que fue objeto. Horas después, emprendió el viaje a Córdoba para reencontrarse con sus compañeros (…)
Desde horas tempranas de la tarde del lunes 25, en distintos sectores de la ciudad, y particularmente en la sede de nuestra organización sindical se movilizaban sectores gremiales, políticos, estudiantiles y populares organizando detalladamente la recepción.
En nuestra sede, cuyo frente ostenta un inmenso cartelón de bienvenida, habían sido citados los compañeros afiliados para ser trasladados hasta el aeropuerto de Pajas Blancas (…) Así fue como el movimiento en las adyacencias se acrecentaba a medida que avanzaba la tarde y distintos contingentes partían en ómnibus especiales fletados por nuestra organización. Tras el diálogo con los periodistas, el compañero Tosco marchó hacia el automóvil que lo esperaba, mientras desde los cuatro costados del aeropuerto confluían hacia ese mismo vehículo miles de personas de todas las edades que pugnaban por expresar su solidaridad y bienvenida…


El mensaje de Tosco: Unidad Combativa y Revolucionaria de la clase obrera y del pueblo
“Queridos compañeros y compañeras:
Quiero expresar en primer término el profundo reconocimiento a esta solidaridad combatiente de la gloriosa Córdoba del glorioso Cordobazo. (…) Vengo como trabajador, como revolucionario, como argentino a ratificar ante todos ustedes el compromiso de continuar, hasta las últimas consecuencias la lucha por la liberación nacional y social de Argentina. Quiero agradecer profundamente esta solidaridad. La solidaridad de Córdoba, la solidaridad de Rawson y Trelew, la solidaridad de toda la clase obrera que me ha arrancado a mí de las garras de la dictadura, como antes ha arrancado a otros compañeros y como arrancará hasta el último prisionero.
Vengo de una cárcel que ha sido rebautizada por los prisioneros políticos y sociales a la cual denominamos “Campo de Concentración 22 de agosto”. Y tengo la obligación de trabajador de repudiar un hecho que costó la vida de compañeras y compañeros que compartían la prisión, que nos conocíamos, que hablábamos de los comunes ideales. La dictadura, que impera en nuestra patria aprobó legalmente la instauración de la pena de muerte. Pero no espera a cubrir ese disfraz legal: ha masacrado a lo largo y a lo ancho de todo el país a los hijos del pueblo que luchan sin distinciones y sin discriminaciones…”.
(extracto del discurso publicado en el Eléctrum 370 del 29/9/1972)
