“Defender el Convenio es como defender la propia vida”

Oscar Smith ingresó a los Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires (SEGBA) el 30 de marzo de 1950, donde trabajó como ayudante programador. Fue delegado y Secretario Gremial de su sindicato y de la FATLyF a fines de los 60. En 1975 resultó electo Secretario General de Luz y Fuerza de Capital Federal.

Un mes después del golpe del 76, su gremio fue intervenido por el Ejército mientras que la entonces empresa estatal de energía SEGBA quedó bajo control de la Marina.

En octubre de ese año, debido a que la intervención en SEGBA despidió a más de doscientos trabajadores, de los cuales más de la mitad eran miembros del Consejo Directivo, delegados y activistas de Luz y Fuerza de Capital Federal, se iniciaron acciones de protesta en los lugares de trabajo y en la sede de SEGBA, a lo que la dictadura respondió con detenciones y el secuestro de delegados que días después, tras gestiones de Smith, fueron liberados con evidentes signos de tortura.

Durante el conflicto, la resistencia gremial incluyó sabotajes, apagones y actos relámpagos que recrudecieron luego de las masivas cesantías en Agua y Energía.

La intervención en SEGBA resolvió unilateralmente una serie de medidas que pusieron en pie de lucha a los trabajadores: prolongar la jornada semanal de 32 a 42 horas a partir del 2 de febrero de 1977, se dejaban sin efecto la Bolsa de Trabajo sindical, los descuentos salariales destinados a vacaciones, vivienda, cultura, educación, deportes, Fondo Compensador de Jubilaciones y lo más grave, la derogación de todos los artículos del Convenio Colectivo de Trabajo. En este marco, Oscar Smith dirigió la primera huelga al régimen por parte de un sindicato eléctrico, huelga que se cumplió en todo el país.

En los días previos a su secuestro, Smith encabezó tratativas por la reincorporación de todos los despedidos y por la plena vigencia del Convenio.

Había sido advertido que “bajara el perfil” pero mantuvo firmes sus convicciones. El 11 de febrero de 1977, salió de su casa rumbo a la sede de la federación y después de recorrer algunas cuadras con su automóvil, fue encerrado por dos Falcon e introducido violentamente en el baúl de uno de los autos. Nada más se supo de él.

Destacamos la figura de Oscar Smith, que siempre veló por sus compañeros y las conquistas sindicales.