1975 – 5 de noviembre – 2023

En vísperas de un nuevo 5 de noviembre, rendimos homenaje a Agustín Tosco, nuestro insigne y más importante conductor. Se cumplirán 48 años de su paso a la eternidad y está más presente que nunca.

El compañero Tosco nos ha dejado un legado de ejemplo y pensamientos que son una línea de conducta que nos enseña a que debemos ser pacientes, perseverantes y decididos. Es la brújula para encausar nuestro accionar en aquellos momentos en que las dudas nos interpela. Pero los lucifuercistas tenemos la experiencia para no perder el faro. ¿Qué nos dice el Gringo?

“Si se trabaja con ejercicio en estas tres cualidades, la tarea siempre ha de fructificar en una semana, en un mes, o en un año. Nada debe desalentarnos, nada debe dividirnos, nada debe desesperarnos”.

Tenemos mucho para destacar y escudriñar de nuestro máximo líder y son tantos los hombres y mujeres que valoran genuinamente su congruencia entre sus ideas y acciones. Recordémoslo y prestemos atención a sus palabras que siguen teniendo vigencia.

Agustín Tosco –reflexionan- es el auténtico dirigente sindical que no sólo cuida y representa los intereses de los trabajadores sino que además busca un camino para una sociedad justa. Es decir, que su acción y pensamiento no quedan en una labor limitada a discutir convenios o leyes, sino que, con persistencia, va buscando caminos y procederes (…) para luego ya pretender, como búsqueda máxima, que todo se afirme en estructuras igualitarias (…)

Valentía, honestidad, perspicacia, calma, capacidad para el debate. No obedecía directivas partidarias (…) Es una época clave aquella en la que la bala, el bastón largo, los oficios de los servicios de informaciones y los militares en el poder dominaban la escena. Tal vez, la cualidad más alta de Tosco era no entrar en internas, en discusiones interminables sobre personalismos o directivas de secta. Cuando la clase obrera salía a la calle, él no rehuía la primera fila, lo tomaba como algo natural (…) Con él se da la palabra, el valor de la palabra.

Su palabra creaba el silencio a su alrededor. Se lo escuchaba. Hasta los provocadores pagados por la burocracia acallaban sus abucheos como único argumento para tapar el debate (…) No necesitaba elevar el nivel de voz porque hablaba con la verdad (…)

En sus escritos se leía, ese es el patrón; ése, el gobernante; ése, el policía; ése, el militar; ése, el obrero: todo bien definido.

“Siempre es necesario encontrar las coincidencias para la acción y para la lucha en base a la unidad. Con ello lograremos los triunfos que anhelamos. Como lo enseña la historia del Movimiento Obrero”. Lo pensó, lo escribió y lo llevó a cabo (….) Tosco sigue siendo la figura de centros de estudiantes, de sindicatos no burocráticos, de agrupaciones (…)

Era lo que los demás resolvían –pero siempre dando su opinión– y luego se marchaba en la misma dirección.

En las explosiones populares, iba, claro, en primera fila porque allí lo querían ver los hombres y mujeres de buena voluntad (…) Tosco en primera fila en la manifestación del pueblo, Tosco en las cárceles, en esas celdas todas solidaridad.

Tosco escribía estas palabras profundas, pero verdades dolorosas por lo reales: “Porque es cierto que en nuestro país la miseria margina a grandes grupos humanos. En la ciudad y en el campo. La existencia de las villas miseria es una prueba elocuente de la explotación del hombre por el hombre. Porque es cierto que en nuestro país muchas familias no encuentran posibilidades de educación para sus hijos (…) Por lo oneroso que resulta cada vez más el precio del transporte, de los útiles y libros escolares, de la indumentaria, de las cooperadoras. Porque es cierto que en nuestro país se traba el justo reclamo de la juventud para su capacitación técnica o cultural, por sus problemas económicos, por la imposición de aranceles cada vez mayores, por el selectivismo, el limitacionismo y la falta de perspectivas posteriores (…) Porque es cierto que en nuestro país los hombres y mujeres del campo están sometidos a explotación cuando trabajan, en especial en los ingenios, actividad forestal, frutícola, cerealera, y sobreviven en la indigencia en los períodos de receso, sin perspectivas de colocar su capacidad de trabajo en otras ocupaciones. Porque es cierto que en nuestro país la mayoría de quienes gozan de ingresos medianos no tiene otras perspectivas que el estancamiento o la proletarización, salvo el pequeño núcleo de ejecutivos cuya condición de promoción está supeditada a su identificación con políticas empresariales de contenido regresivo. Porque es cierto que en nuestro país la falta de desarrollo económico obliga al éxodo de especialistas, técnicos y profesionales que no encuentran ocupación para aplicar sus conocimientos. Porque es cierto que en nuestro país a medida que pasa el tiempo se va acentuando la absorción, el copamiento o la transferencia de las empresas nacionales, públicas y privadas a los grandes monopolios extranjeros o a su supeditación y condicionamiento a los intereses de los grandes organismos financieros internacionales (…) puestos al servicio de la dominación yanqui en América Latina. Porque es cierto que en nuestro país todo eso origina la frustración de legítimas aspiraciones (…)”.

Esto Tosco lo escribió apenas acabado el Cordobazo. Parece escrito hoy. Un dirigente sindical de overol lucha en la calle y habla en la asamblea. Qué mejor análisis político sociológico sobre este luchador que sus propias palabras. No hay nada que interpretar, la historia le ha dado la razón y le sigue dando la razón (…)