Hemos perdido a Francisco, perdimos a nuestro Papa, el papa argentino, pero también el de la patria grande latinoamericana.
Los compañeros del Foro Solidario Córdoba sintetizaron la conducta y carácter de Francisco en su decir y hacer: “…Demostró el valor del evangelio hacia los más pobres y marginados. Fue crítico del capitalismo financiero y sus perjuicios, de las desigualdades sociales como las que afectan a millones de migrantes, refugiados, explotados, esclavizados. Incorporó el rol de la mujer en la estructura eclesiástica y condenó como pecado la precarización laboral y el trabajo en negro. Combatió los delitos sexuales. En definitiva, puso todo su corazón y alma en favor de la vida, aludiendo que no podemos olvidar que la «guerra es siempre una derrota».
Su legado también nos llama a cambiar el estilo de vida, de producción y de consumo para cuidar el medio ambiente y combatir los efectos del calentamiento global.
Pero no fueron sólo esas sus preocupaciones, Francisco tuvo palabras justas e imperecederas que resonaron en el mundo del trabajo, por su acercamiento al trabajador y valoración del rol de los sindicatos con los que mantuvo un diálogo abierto y frecuente.
El sindicato es una palabra bella -describió- que proviene del griego dikein (hacer justicia), y syn (juntos). “Hagan justicia juntos, pero en solidaridad con todos los marginados para no caer en el individualismo colectivista”, exclamó. En ocasión de un encuentro con una delegación de la CGT, Bergoglio fue lapidario: “Defender la unidad, defender el trabajo -que hace a la dignidad de la persona-, defender la justicia social y la igualdad de género y reivindicar el rol de las mujeres”. Es decir, la defensa del Movimiento Obrero fue una constante en sus prédicas.
“No hay sindicato sin trabajadores y no hay trabajadores libres sin sindicato”, una definición contundente que plasmó en su Laudato si, la segunda encíclica que el 15 de mayo cumplirá 10 años de vigencia. Allí Francisco reivindica el trabajo: “Trabajar permite a la persona realizarse a sí misma, vivir la fraternidad, cultivar la amistad social y mejorar el mundo”. Y subraya la significación del trabajador que se hace “desde abajo” en una empresa, fábrica, oficina. Es desde ahí -marca- donde se teje la auténtica relación laboral para construir un espacio y ambiente democrático, donde se vive la realidad diaria que conecta personas con proyectos económicos y políticos.
Por eso el papa observó que no se puede omitir la tarea de enseñar desde el sindicato el valor y el sentido del trabajo; de la formación; de la promoción de la fraternidad entre los trabajadores, con el propósito de hacer un mundo mejor.
“Los sindicatos y movimientos de trabajadores por vocación deben ser expertos en solidaridad”, ese cauce es el que nos conduce a ese mundo mejor.
Descansa en paz, Jorge Bergoglio.
Fuente: Mundo Gremial
PAPA FRANCISCO: LAS CUATRO CARACTERÍSTICAS DEL TRABAJO DIGNO QUE TODOS MERECEN
El Papa Francisco se dirigió a las Asociaciones Cristianas de Trabajadores Italianos con motivo del 70 aniversario de su fundación (23/05/2015) y les habló de la necesidad de ayudar a aquellos que no tienen empleo, sobre todo a los jóvenes, así como de dignificar el trabajo y la vida.
Al comenzar su discurso, el Pontífice denunció la situación de desigualdad que vive la sociedad, algo que “no podemos permitir”. “Debemos proponer alternativas equitativas y solidarias que realmente se pPor todo esto, el Papa les invitó a “realizar un sueño que vuela hacia lo más alto” de tal manera que a través del trabajo “libre, creativo, participativo y solidario”, el ser humano exprese y acreciente la dignidad de la propia vida”.
Francisco se detuvo en estas cuatro características del trabajo y reflexionó sobre cada una de ellas:
1.- El trabajo libre: “La verdad del trabajo significa que el hombre, prosiguiendo la obra del Creador, hace que el mundo reencuentre su fin. Ser obra de Dios que, en el trabajo cumplido, encarna y promulga la imagen de su presencia en la creación y en la historia del hombre”. Sin embargo, “demasiado a menudo, el trabajo está bajo la opresión a diferentes niveles: del hombre sobre el hombre; de nuevas organizaciones esclavistas que oprimen a los más pobres; en particular, muchos niños y muchas mujeres sufren una economía que obliga a un trabajo indigno que contradice la creación en su belleza y en su armonía”. Por tanto, “debemos hacer que el trabajo no sea instrumento de alienación, sino de esperanza y de vida nueva”.
2.- El trabajo creativo: En este punto, el Santo Padre habló de la originalidad que tiene todo trabajo y las propias personas que lo realizan. Esto puede suceder “cuando se le permite al hombre expresar en libertad y creatividad algunas formas de empresa, de trabajo colaborativo desarrollado en comunidad que consientan a él y a otras personas un pleno desarrollo económico y social”. “No podemos cortar las alas –subrayó– a cuantos, en particular jóvenes, tienen tanto que dar con su inteligencia y capacidad; ellos deben ser liberados del peso que les oprime y les impiden entrar a pleno derecho y cuanto antes en el mundo del trabajo”.
3.- El trabajo participativo: Hace referencia a la capacidad del hombre “para incidir en la realidad”. “El hombre está llamado a expresar el trabajo según la lógica que les es propia, la relacional, esto es, ver siempre en el fin del trabajo el rostro del otro y la colaboración responsable con otras personas”. Por eso, “allí donde a causa de una visión economicista se piensa en el hombre en clave egoísta y en los otros como medio y no como fin, el trabajo pierde su sentido primario de continuación de la obra de Dios, obra destinada a toda la humanidad para que todos puedan beneficiarse”.
4.- El trabajo solidario: Ante la situación generalizada de desempleo y de la gente que busca trabajo, se necesita “dar una respuesta”. Primero “se les debe ofrecer la propia cercanía, la propia solidaridad” y su propia asociación puede ser lugar “de acogida y de encuentro”. En resumen, la “libertad, creatividad, participación y solidaridad” son características que “forman parte de la historia” de la asociación y “hoy, más que nunca, están ustedes llamados a ponerle en práctica, sin ahorrar, al servicio de una vida digna para todos”.