15 de junio
Desde Luz y Fuerza Córdoba hemos promovido siempre el respeto y buen trato a las personas mayores. Es cierto que muchas veces hay un destrato de la vejez como si ellos fueran descarte o una molestia.
Decir vejez no es decir una mala palabra, debería ser una dicha poder llegar a esa etapa de la vida, pero sin las carencias que atraviesan miles de adultos mayores que tienen que recurrir a la ayuda familiar o de alguien más para subsistir o realizar algún tipo de trámite.
A nadie le gusta que lo traten de manera inapropiada, esto deberían revisarlo algunos personajes del gobierno libertario que han proferido comentarios improcedentes hacia nuestros mayores, sumado a la violencia en materia de derechos que implica la no cobertura de medicamentos, las jubilaciones paupérrimas que no alcanzan a cubrir necesidades elementales, por decir algunos aspectos, entre otros recortes de políticas sociales que dificultan su vida cotidiana.
La toma de conciencia no significa pensar en nuestros mayores en una fecha determinada, es algo diario de manera de contribuir a que tengan una vejez digna, a escuchar sus consejos, pero también sus necesidades y a brindarles simplemente un buen trato.
Es más, la propia Evita, en el contexto de su desempeño en la Fundación Eva Perón, estableció el 28 de agosto de 1948 el siguiente Decálogo de Derechos:
1) Derecho a la Asistencia: Todo anciano tiene derecho a su protección integral por cuenta de su familia. En caso de desamparo, corresponde al Estado proveer a dicha protección, ya sea en forma directa o por intermedio de los institutos o fundaciones creados, o que se crearen, con ese fin, sin perjuicio de subrogación del Estado o de dichos institutos para demandar a los familiares remisos y solventes los aportes correspondientes.
2) Derecho a la Vivienda: El derecho a un albergue higiénico con un mínimo de comodidades hogareñas es inherente a la condición humana.
3) Derecho a la Alimentación: La alimentación sana y adecuada a la edad y estado físico de cada uno debe ser contemplada en forma particular.
4) Derecho al Vestido: El vestido decoroso y apropiado al clima completa el derecho anterior.
5) Derecho al Cuidado de la Salud Física: El cuidado de la salud física de los ancianos ha de ser preocupación especialista y permanente.
6) Derecho al Cuidado de la Salud Moral: Debe asegurarse el libre ejercicio de las expansiones espirituales, concordes con la moral y el culto.
7) Derecho al Esparcimiento: Ha de reconocerse a la ancianidad el derecho de gozar mesuradamente de un mínimo de entretenimientos para que pueda sobrellevar con satisfacción sus horas de espera.
8) Derecho al Trabajo: Cuando su estado y condiciones lo permitan, la ocupación por medio de laborterapia productiva ha de ser facilitada. Se evitará así la disminución de la personalidad.
9) Derecho a la Expansión: Gozar de tranquilidad, libre de angustias y preocupaciones en los últimos años de existencia, es patrimonio del anciano.
10) Derecho al Respeto: La ancianidad tiene derecho al respeto y consideración de sus semejantes.
Entonces, nuestro mensaje para todos es, no despreciar al anciano por lo que ya no puede hace o lo que es, más bien trátalo con respeto y afecto, pues algún día serás uno.