El martes pasado, el Tribunal Superior de Justicia declaró admisible la presentación realizada por nuestra organización, frente al intento del Gobierno Provincial de transformar a EPEC en una sociedad anónima, un proceso señalado por múltiples irregularidades y carente de la transparencia que merece una empresa pública estratégica. (Ver nota del Dr. Rodríguez Villafañe en pág. 7). Este paso judicial no es un trámite más: es la confirmación institucional de que nuestros argumentos merecen ser tratados con rigor, y que la razón y el derecho nos asisten.

Este resultado ratifica dos verdades esenciales. Primero, la seriedad jurídica de nuestro planteo: documentación sólida, fundamentos constitucionales y defensa del interés público. Segundo, la fuerza colectiva de un gremio que decidió dar batalla en todos los frentes: la calle con la movilización organizada, los medios con una comunicación clara y combativa, y los tribunales con una estrategia legal consistente. Hoy asestamos un golpe contundente desde lo judicial, fruto del esfuerzo cotidiano del gremio en su conjunto, al sostener nuestro reclamo en todos los ámbitos.

No es un hecho aislado ni una victoria para guardar en un cajón. Mientras el Poder Ejecutivo nacional impulsa una reforma laboral regresiva, junto a modificaciones previsionales e impositivas que buscan recortar derechos conquistados con décadas de lucha —derechos por los que miles de compañeras y compañeros dejaron el cuerpo y la vida—, reafirmamos una convicción sin matices: los derechos no se negocian; se defienden. Y se defienden con organización, debate profundo, formación política y técnica, y movilización permanente en cada lugar donde se juega el destino de nuestra clase.

La defensa de EPEC es, al mismo tiempo, la defensa de la soberanía energética, la calidad del servicio, la seguridad laboral y la inversión pública con sentido federal. Privatizar, fragmentar o mercantilizar un patrimonio estratégico solo garantiza tarifas más altas, degradación del sistema y pérdida de control social sobre un recurso esencial. Nuestro proyecto es otro: EPEC pública, eficiente, integrada, con planificación de largo plazo, con participación de sus trabajadores y al servicio de los cordobeses.

Frente a la iniciativa colonial del Gobierno nacional y a las presiones externas, que pretenden convertirnos en una colonia de los Estados Unidos y de los intereses financieros, llamamos a construir unidad en la acción del movimiento obrero, del campo popular, de las universidades, de los clubes, cooperativas y organizaciones sociales. Unidad para llenar las calles, para ganar el sentido común, para fortalecer la defensa judicial y legislativa, y para sostener un programa de soberanía que ponga a la Argentina de pie.

Porque EPEC es del pueblo y la Patria no se vende: unidad, movilización y soberanía para seguir ganando en los tribunales, en la calle y en la conciencia colectiva. Este triunfo judicial nos marca el rumbo: redoblar la organización, construir articulación comunitaria y cuidar cada derecho conquistado. Compañeras y compañeros: hoy más que nunca debemos mantener la guardia en alto. Lo que está en juego no es solo nuestra fuente laboral; es el modelo de país que elegimos construir.