A 77 años de un hito que Luz y Fuerza abrazó y reivindica

Evocamos una de las medidas del peronismo que fue esencial para Córdoba, concretada el 11 de noviembre de 1946: la estatización del servicio de energía eléctrica que se encontraba en manos foráneas y que inició el camino hacia la creación de la Empresa Provincial de Energía de los cordobeses casi siete años después.

Con un contundente respaldo del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba, en ese momento conducido por el compañero Cristóbal Sierra, el gobernador Argentino Auchter dispuso por decretos 4.196 y 4.197 la caducidad de las concesiones a las empresas extranjeras que prestaban el servicio, la Compañía de Luz y Fuerza Motriz de Córdoba y la Compañía General de Electricidad, e incautación de todos sus bienes (usinas, redes, etc.). Además intervino las usinas ubicadas en Villa María de la Compañía Central Argentina de Electricidad S.A.

Dos años antes, el 4 de octubre de 1944 (ocho meses después del nacimiento de nuestra Organización Sindical, entonces denominada Unión Sindical de Empleados y Obreros de las Compañías Productoras de Electricidad), el decreto 9.888 bis, serie C, estableció la condición de servicio público y definió la política de Estado para la industria eléctrica. La producción, transporte y distribución de electricidad en todo el territorio provincial debía estar a cargo del Estado y, por lo tanto, desde ese momento no se otorgarían nuevas concesiones ni se podrían transferir las existentes, las que no serían renovadas al término de su vencimiento. Las usinas e instalaciones de distribución de energía eléctrica fueron consideradas de utilidad pública y sujetas a expropiación.

A partir de la estatización, el servicio eléctrico quedó a cargo de la Comisión Administradora del Servicio Público de la Electricidad (CASPE).

En 1949, CASPE se transformó en el Servicio Provincial de Energía de Córdoba (SPEC) y pocos años después, el 1° de abril de 1953, comenzó su actividad nuestra EPEC estatal e integrada creada por la ley 4.358/52, siendo pilar de desarrollo de nuestra querida provincia.

La prestación del servicio mejoró ostensiblemente con una empresa de energía en manos del Estado provincial, que fue incorporando nuevos trabajadores para cumplir con eficiencia las tareas en una Córdoba en pleno crecimiento y que será esencial en la siguiente década para la Córdoba industrial.

La energía eléctrica siempre será un recurso estratégico y nunca debe ser entregada a manos privadas; no podremos construir soberanía energética si no somos custodios de los pilares que son la generación y la distribución. Los lucifuercistas sabemos lo que está en juego, por eso defendemos EPEC y el servicio público.

Nuestros antecesores lo entendieron cabalmente desde el instante mismo de la estatización del servicio eléctrico.