46° aniversario de su secuestro y desapariciónSiempre en nuestra memoria
A partir de la intervención a nuestro Sindicato en octubre de 1974, previamente atacado a balazos y allanado con acusaciones ficticias, comenzó una persecución feroz de nuestros dirigentes que fueron encarcelados o debieron permanecer en la clandestinidad, como el propio Agustín Tosco. Entonces tuvo que ponerse en marcha un aceitado mecanismo de solidaridad y resistencia para asistir a las familias de los detenidos y cesanteados, en particular en la etapa más dura de la dictadura más sanguinaria que gobernó nuestro país.
Abnegados compañeros cumplieron la misión de distribuir los comunicados de la “Conducción en la Resistencia” y además realizaron las colectas solidarias los días de cobro, y lo hicieron valientemente a pesar del riesgo de ser secuestrado, torturado y desaparecido. José Nicolás Brizuela fue uno de esos compañeros.
Tras el golpe de marzo de 1976, se desplegó el aparato represivo en todo el país. En Córdoba, los grupos de tareas al mando del genocida menéndez, operaban impunemente por lo general en las sombras de la noche.
Nuestro compañero José Brizuela fue blanco de este accionar criminal como consecuencia de su militancia y solidaridad, convicción que la dictadura quería sepultar y no pudo. El 24 de octubre de 1977 ingresaron a su casa, lo encapucharon, ataron sus manos y lo secuestraron delante de su esposa Nelva, de su madre, de su hermana, de su hijo Roberto de cinco meses que afortunadamente no fue robado y de su hija, nuestra compañera Sonia Brizuela que en ese momento tenía dos años.
Cuando fue secuestrado trabajaba en el Taller Electromecánico de Villa Revol. Por razones de su salud tenía prescripto tareas livianas. Así y todo, el compañero Brizuela salía a repartir comunicados y volantes, que en esos años tétricos significaba una sentencia de muerte, y participaba de las colectas para ayudar a los detenidos por motivos gremiales o políticos y a sus familias.
Compañeros como Brizuela nos dejaron un ejemplo que es clarificador, no perdamos la memoria y siempre honremos el valioso legado de nuestros antecesores.





