Su legado es un faro que nos guía e inspira

Indudablemente el compañero Juan Lorenzo Racero fue conductor de nuestro Sindicato que supo estar a la altura de las circunstancias, en una etapa crucial para los lucifuercistas, ya que la lucha por él encabezada impidió la privatización de EPEC, dando muestras de que la tradición combativa estaba más viva que nunca.

Tras derribarse el proyecto de entrega de la EPEC en 2001, nuestro Gremio logró un contundente apoyo y consideración no sólo de la sociedad cordobesa sino a nivel nacional, en un contexto donde la gran mayoría de las empresas de energía del país pasaron a manos privadas, con la consecuente pérdida de empleos y derechos laborales.

En su dilatada trayectoria de militancia, con 47 años de servicio en EPEC, fue delegado de su sector, Topografía; en los años ‘60 integró el Consejo Directivo encabezado por Agustín Tosco, fue miembro titular del Tribunal Paritario e integrante de la Comisión Transitoria hasta las elecciones normalizadoras de nuestro Sindicato en 1983.

En 1995, el Gremio le otorgó la medalla al Mérito Sindical por compromiso militante con Luz y Fuerza de Córdoba.

Su fallecimiento fue una gran pérdida para la familia lucifuercista, no sólo por su capacidad como dirigente, sino también por su sencillez, humildad y calidad humana.

Secretario Administrativo y Gremial

Como Secretario Administrativo del Consejo Directivo que encabezó Sixto Ceballos de 1984 a 1987, cumplió una importante labor.

En ese momento el Convenio Colectivo de Trabajo estaba derogado, por lo que el gremio no disponía de las contribuciones estatutarias de la Empresa que establece el Convenio Colectivo de Trabajo. Junto al entonces Secretario de Cultura y Acción Social Miguel Lucero, desarrollaron una fundamental tarea que mejoró e incrementó los servicios de obra social, turismo, cultura y educación.

Al asumir la función de Secretario Gremial, la prioridad fue la defensa del salario frente a la hiperinflación y la defensa del Convenio ante la incipiente flexibilización laboral.

Primer mandato al frente de Gremio

En diciembre de 1991, Racero fue electo por primera vez Secretario General encabezando una lista pluralista. En ese tiempo empezaron los intentos de privatización total o parcial de EPEC promovidos por el gobierno de Angeloz. En esos años Luz y Fuerza enfrentó el proyecto de concesión de las centrales Sudoeste y Pilar y la transformación de EPEC en una sociedad anónima con participación mayoritaria del Estado (SAPEM).

El 24 de junio de 1992 Lorenzo presidió una asamblea histórica de mil compañeros que dispuso iniciar un plan de lucha que se le llamó “de los 64 días” y que se convirtió en uno de los más extensos de nuestra rica historia. Las acciones culminaron con logros importantes en cuanto al salario, al Convenio y los puestos de trabajo. Cuando el Ejecutivo quiso convertir a la Empresa en una SAPEM, paso previo a una mayor privatización que implicaba además la liquidación del Convenio, nuestro Sindicato, con la participación de Luz y Fuerza de Río Cuarto y del Sindicato Regional, volvió a movilizarse y a presentar propuestas propias contra otro intento de destruir nuestra fuente de trabajo. Paralelamente, tuvimos un rol preponderante en la acción del Movimiento Obrero de Córdoba para enfrentar las reformas del Estado. Fue en nuestra sede sindical donde se reconstituyó la Coordinadora de Gremios Estatales.

Segundo período

En 1994 fue elegido nuevamente Secretario General. A los pocos meses estalló el “efecto tequila” y la prioridad volvió a ser el salario, el Convenio y los puestos de trabajo. Junto con la Coordinadora de Gremios Estatales, nuestro Sindicato participó de numerosas movilizaciones y medidas de fuerza (brutalmente reprimidas en muchos casos), sobre todo contra la ley de emergencia de Mestre que significaba disminución de salarios y despidos. Al intentar aplicarse la ley de emergencia a EPEC con reducción de la jornada laboral, el Gremio lanzó un plan de lucha que se extendió desde julio a septiembre de 1995 y planteó una propuesta alternativa que incluyó mantener el horario de trabajo y un aporte solidario de los compañeros, la que fue aceptada por el Gobierno tras una tenaz lucha. Este logro posibilitó preservar la EPEC estatal e integrada, el Convenio Colectivo y los puestos de trabajo.

Tercer período

En las elecciones de 1997, Racero fue elegido para un tercer mandato ininterrumpido con el 70% de los votos. Ese consejo directivo aglutinaba a todas las corrientes del Gremio que defendían la Empresa estatal e integrada. A partir de la Asamblea Extraordinaria del 3 de octubre de 1996, se había iniciado un proceso de convergencia y unidad de las distintas agrupaciones internas de Luz y Fuerza. Esta trascendental asamblea se convocó después de que el Gobierno provincial anunciara su intención de transformar a EPEC en una sociedad anónima, dividirla en dos empresas de generación y distribución y tercerizar importantes sectores operativos, lo cual estaba contemplado en el proyecto oficial de Marco Regulatorio Eléctrico. Se conformó una comisión integrada por miembros del Consejo Directivo, que recibió el mandato de la asamblea de apoyar a Lorenzo en las gestiones y acciones en resguardo de nuestra fuente de trabajo y contra los retiros voluntarios.

Lorenzo fue lapidario: “…Se pretende avanzar en una transformación de EPEC muy poco transparente, que nada tiene que ver con lo que queremos los trabajadores”.

Emblema del triunfo sobre la privatización

Durante el gobierno de De la Sota, encaramos una batalla que se extendió dos años y medio y que finalizó con una de las mayores victorias que haya logrado nuestro Sindicato, fruto dela lucha inclaudicable y mantener en alto nuestras banderas. Con el protagonismo de todos los lucifuercistas y el acompañamiento de la sociedad, nuestro Gremio enfrentó, resistió y derrotó la privatización.

A fines del año 2000, Lorenzo fue elegido para su cuarto período consecutivo como Secretario General en momentos en que comenzaba la etapa más difícil de esa pelea con represión, allanamientos, persecución policial y órdenes de detención contra nuestros dirigentes y militantes, entre ellos el propio Racero, que además fue blanco de fuertes presiones, pero se mantuvo firme respetando la voluntad del gremio.

Hizo frente con dignidad a las injustas acusaciones en su contra y a la persecución sistemática de las autoridades provinciales, debiendo permanecer en la clandestinidad por resolución de los Cuerpos Orgánicos, sin abandonar jamás su compromiso como dirigente. Después que nuestro gremio anunciara un paro total por 24 horas, el 28 de octubre de 2001 el Gobierno desistió con su idea de privatizar EPEC.

Lorenzo disfrutó poco tiempo de ese logro histórico, pues el 16 de febrero de 2002 dejaba de existir físicamente, no así en la memoria de los compañeros, donde permanece vivo en cada lucha, en cada marcha, en la historia de Luz y Fuerza de Córdoba.