Milei le hace pagar al pueblo el ajuste: rechazamos de plano este decretazo que es un saqueo a los argentinos
Compañeros y compañeras, queremos ser claros en estas horas de preocupación e incertidumbre. Desde asumido hace escasos 15 días el Gobierno Nacional electo de Javier Milei ha implementado un verdadero ataque a la población argentina, con un claro componente antidemocrático, demostrado a las claras en un mega decreto de necesidad y urgencia, con el que pretende dar por tierra cientos de derechos y regulaciones, de espaldas a la división de poderes.
En la primera semana de gobierno, con los anuncios del Ministro de Economía Caputo, que vuelve triunfante luego de endeudarnos a 100 años, quedaba a la vista que la fiesta de deuda y especulación financiera no la iba a pagar la casta, ni la corrupción, ni la política, como tantas veces “prometió” el presidente Milei, la iba a pagar el pueblo argentino, como intentamos advertir. Como organización gremial somos profundamente respetuosos de la voluntad soberana del pueblo, pero quizá los años de lucha y de experiencia sindical nos han vuelto duchos en detectar ciertos engaños, y en saber que hay políticas que por más buenas intenciones que tengan, aunque tenemos claro que no es el caso, siempre terminan perjudicando a los trabajadores, a los jubilados y a la sociedad toda.
En cinco días nos metieron un plan de “Shock” brutal, tanto que hay que remontarse en la historia para encontrar algo similar: el programa libertario tiene mucho de Martínez de Hoz, combina la hiperinflación y la recesión de los 80 y 90, con un poco de Macri y los Caputo endeudadores, vaya libertad la que nos proponen. Una libertad que ya la conocemos, para nosotros los laburantes implica un desorden total de la vida diaria, la mínima planificación de la economía familiar resulta una odisea, donde no se sabe cuanto costarán hoy las compras básicas de la canasta, mientras el salario de todos los trabajadores se ve cada vez más afectado.
Devaluación del peso de 54%, inflación por las nubes que resultará asfixiante, sobre todo cuando veamos en toda su dimensión los efectos de la liberación de precios, y la reducción de subsidios a las tarifas de los servicios públicos y del transporte. A esto se suma asfixia financiera a las provincias, la paralización de las licitaciones de obra pública, el aumento de las retenciones para la mayoría de las ramas industriales (excepto algunas economías regionales que quedaron exceptuadas), y un aumento del dólar importador que afecta enormemente a las fábricas argentinas encareciendo sus insumos de producción, por si todo esto fuera poco quieren hacer caer la ley de movilidad jubilatoria y congelan varios programas sociales. Como no podía ser de otra manera cuando se trata de ajustar y avasallar al pueblo, el combo va a acompañado con un “protocolo anti piquetes” que busca disciplinar y castigar al que reclame por sus derechos. El protocolo ya fue denunciado por las centrales obreras argentinas, la CGT, y las dos CTA ante la OIT (Organización Internacional del Trabajo), solicitando la intervención urgente, en tanto el protocolo restringe y vulnera derechos constitucionales, así como la violación al Convenio 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación.
Decretazo anticonstitucional: Sin embargo, lo más grave llegó el miércoles por a la noche, cuando nada menos que en el aniversario del 20 de diciembre de 2001, anunciaron por mensaje gravado un decretazo demencial, que ignora por completo la constitución, la división de poderes del sistema republicano argentino y es lisa y llanamente un saqueo al pueblo y a las riquezas nacionales. En esencia el decreto de Necesidad y urgencia, que deroga 300 leyes, implica un retiro del estado de los aspectos más sensibles para la sociedad, una desregulación dejando el camino libre a la ambición del mercado, destruyendo derechos laborales, atacando la producción nacional industrial, la salud, los contratos de alquileres, el control sobre la extranjerización de la tierra, la desregulación tarifaria y algo conocido por nosotros los lucifuercistas: la apertura a un nuevo proceso privatizador. En efecto en sus definiciones propone literalmente derogar la normativa que impide la privatización de las empresas públicas, del régimen de sociedades del estado y la transformación de todas las empresas estatales en Sociedades Anónimas para su posterior privatización
Seguramente en próximos Electrums iremos desmenuzando y dando más claridad respecto de todas las implicancias de este mega decreto, pero sepamos compañeros que este es un ataque que el pueblo con todas sus organizaciones sindicales, sociales, estudiantiles, de derechos humanos, debe resistir. El miércoles por la noche, a 22 años del argentinazo, se llenó la plaza de los dos congresos al sonido de las cacerolas. Debemos estar tranquilos, pero con la firmeza necesaria para atravesar este tiempo que será turbulento y que nos llama a renovar con más fuerzas nuestro compromiso de sostener nuestros derechos y el patrimonio de todos los cordobeses y los argentinos. Estemos fuertes, estemos unidos
La reforma de Ganancias no se toca
Si algo le faltaba al gobierno Libertario, es borrar de un plumazo su compromiso de no subir ni crear impuestos. En numerosas oportunidades en campaña electoral, el presidente Javier Milei se jactó de que antes de subir un impuesto “se cortaba un brazo”, acompañó mientras era Diputado de la oposición la reforma de la Ley de ganancias, impulsada por Sergio Massa, que eliminó la cuarta categoría de ganancias, algo que los lucifuercistas junto al movimiento obrero reclamamos largos años.
Pero ahora, a dos semanas de asumir amenaza con dar marcha atrás y volver a imponer el impuesto al trabajo, escudándose en que las provincias lo piden. Para las grandes empresas, desregulación y libertad de mercado para que nadie toque sus ganancias, para los trabajadores y la industria nacional ¡impuestazo! Estamos ante un plan pensado para una argentina exportadora de materias primas, claramente perjudicial a la industria y al trabajo, deliberadamente recesivo y donde cada vez queda más claro que la casta para Milei, era el pueblo trabajador.
CONSEJO DIRECTIVO




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