El 27 de septiembre de 1930 se fundaba la Confederación General del Trabajo de la República Argentina. Con el gobierno de Juan D. Perón, la CGT se erigió como uno de los puntales de la justicia social, por eso el propio Perón le encomendó ser custodio de los derechos de los trabajadores y particularmente, de la Constitución Nacional, que incorporó esos derechos hace 76 años:
“…La Confederación General del Trabajo, al frente, con su bandera de lealtad, no debemos descansar en la vigilancia y su cumplimiento. Voces de la reacción comienzan a levantarse en algunos diarios o en alguna bolsa de comercio… Ellos no habrían tolerado jamás la voz de un obrero… Como ellos vigilaron sus intereses, nosotros hemos de velar para su cumplimiento y pobres de ellos si se animan a sacarla.
Para el futuro han de ser ustedes los guardianes, han de ser ustedes los que juzguen y han de ser ustedes los que sancionen. El movimiento sindical argentino y el pueblo argentino tienen la enorme responsabilidad de conservar este legado que nuestra generación creó para la felicidad de nuestros hijos y de nuestros nietos y para que no vuelvan a producirse los dolores y las miserias que hemos presenciado. Por eso es necesario afirmar los sindicatos, es necesario apuntalar la CGT”.
Columna del Movimiento Obrero
En los albores del siglo XX, el Movimiento Obrero Argentino tuvo varios intentos de organizar una central sindical que representara a todos los gremios y tuviera la capacidad de presión ante el Estado y las patronales. Las diferencias ideológicas imposibilitaron el logro de esa aspiración. No obstante, se conformaron centrales que reunían a algunos sindicatos y que en ocasiones colaboraban entre sí para concretar movilizaciones, medidas de fuerza y reclamos comunes.
Un año después, los socialistas crearon la Unión General de Trabajadores (UGT) y en 1905 surgió la Federación Obrera de la República Argentina (FORA). Fueron momentos en la que la cruenta represión se cobró la vida de numerosos trabajadores, lo que sintetiza que al Movimiento Obrero nadie le regaló nada. En 1915, la FORA giró su orientación lo que llevó a la desafiliación de varios sindicatos anarquistas. De esa ruptura surgieron dos centrales: la FORA del V Congreso, anarquista, y la FORA del IX Congreso, con una ideología distinta. Esta última se disolvió en 1922 y formó la Unión Sindical Argentina, integrada por sindicalistas revolucionarios y gremios autónomos.
Con los años se sucedieron muchos hechos trágicos en la historia obrera argentina; poco después del primer golpe militar del 6 de septiembre de 1930, la Confederación Obrera Argentina (socialistas) y la Unión Sindical Argentina, sellaron la unidad.
El 27/9/1930 se constituyó la Confederación General del Trabajo de la República Argentina.
La elección de su nombre se inspiró en la CGT francesa. El primer Secretario General fue Luis Cerruti, de la Unión Ferroviaria. En 1935 se produjo la primera fractura de la CGT, quedando segmentada en CGT Independencia (socialistas y comunistas) y CGT Catamarca (anarquista). La central obrera se unificó en el Congreso Constituyente de 1936.
La CGT fue protagonista de la histórica jornada del 17 de octubre. Convocó a un paro para el día 18, pero las bases salieron masivamente el 17 a lograr la liberación de Perón, cautivo en la isla Martín García. A partir de allí, se transformó en la columna vertebral no sólo del movimiento sino también de un nuevo modelo sindical.
Durante el peronismo la CGT se potenció y defendió las banderas de la “Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política”. La central obrera, como también los trabajadores, tuvieron por primera vez protagonismo en el campo político y se erigieron en uno de los resortes del movimiento.