SIEMPRE TENGAMOS MEMORIA
Hace 24 años, 219 compañeros eran detenidos en sus sectores
El 11 de mayo de 2001 se dio un hecho que vivirá en la infamia de un gobierno democrático: 219 lucifuercistas eran detenidos en sus lugares de trabajo como reprimenda al plan de lucha contra la privatización de EPEC. El gobernador De la Sota, al mejor estilo de la dictadura, envió carros de asalto a distintos sectores de trabajo para intimidar a Luz y Fuerza de Córdoba.
La lucha no se detuvo hasta que hicimos caer un nuevo intento de privatizar la EPEC estatal e integrada y abrir una etapa de fortalecimiento con la participación de los trabajadores y el Convenio Colectivo de Trabajo plenamente vigente.
Plan de lucha
El 9 de mayo de 2001, una Asamblea General Extraordinaria ratificó la posición histórica del gremio de defensa de EPEC como estatal e integrada y rechazó el modelo político económico de exclusión y entrega imperante en el país.
Luz y Fuerza de Córdoba inició una nueva fase del plan de lucha resuelto en el mes de marzo, acompañado mayoritariamente por la opinión pública, para lograr la derogación de la «ley Bodega”.
Jorge Bodega era un senador denunciado por nuestro Gremio e imputado por aceptar una coima del Gobierno provincial para votar a favor de la concesión de EPEC.
La asamblea declaró un paro de actividades en los lugares de trabajo para ese día 9 y el jueves 10 de mayo, y a partir del viernes 11, quite de colaboración y trabajo a Convenio. ¿Cuál fue la respuesta del Gobierno? Represión y detenciones.
Aquel 11 de abril, en medio del conflicto, hubo allanamientos en distintas dependencias de la Empresa y los trabajadores que estaban presentes fueron llevados presos. Así lo refleja el Eléctrum 648 del 18 de mayo de 2001: “El Gobierno a través del fiscal Sanmartino (…) allanó sectores de trabajo y arrestaron a 219 compañeros, es decir, a la totalidad de los trabajadores que en ese momento se encontraban. Además revisaron cofres, cajones y todo lo que se les ocurrió.
La policía detuvo los compañeros y las cámaras captaron la cobarde agresión.
Los allanamientos se produjeron en Medidores y Conexiones y Parque Automotor en Tucumán 555, Guardia Sur, Mantenimiento de Redes en Calasanz y en el Complejo de Villa Revol.
La prensa local y nacional, en forma unánime, calificaron esta medida represiva como desmedida y sin precedentes, ya que ni siquiera durante las dictaduras militares se produjeron hechos de esta naturaleza”..
Abandono de tareas y movilización
La reacción del gremio fue automática. Poco después de las detenciones, el Consejo Directivo encabezado por Lorenzo Racero, llamó a todos los sectores a hacer abandono de tareas. Se declaró un paro total hasta que el último compañero fuese liberado. Inmediatamente llegaron muestras de solidaridad de parte de organizaciones obreras, legisladores, estudiantes, la Pastoral Social y medios de prensa.
Luz y Fuerza se movilizó a la Legislatura, donde integrantes de la conducción fueron recibidos por un grupo de legisladores. Tras una breve reunión, algunos legisladores se dirigieron al Ministerio de Gobierno, mientras que la columna de Luz y Fuerza con otros legisladores se dirigieron hasta la Comisaría 3a de calle Santa Rosa, para verificar que todos los compañeros estuvieran bien y lograr su liberación.
El gremio, rodeado por familiares, estudiantes y fuerzas vivas de la comunidad, se mantuvo firme a metros de la comisaría.
Gracias a la fortaleza y unidad del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba y al contundente accionar de los Cuerpos Orgánicos, poco a poco fueron liberados los compañeros y alrededor de las 21 horas quedó libre el último de ellos. El compañero Racero, que permaneció todo el tiempo en el lugar, exhortó a continuar la lucha, a no dejarse amedrentar por el Gobierno, agradeció el apoyo de distintos sectores y convocó a una nueva asamblea para el día 14 de mayo.
Aquel fin de semana, las guardias mantuvieron la medida de fuerza.
El Consejo Directivo visitó todas las guardias a fin de analizar y coordinar acciones.
La asamblea del día 14
Ese día, con gran conducta sindical, los compañeros y compañeras fueron haciendo abandono de tareas para colmar la sala Agustín Tosco. La asamblea aprobó por unanimidad repudiar el accionar del Gobierno, endurecer las medidas de fuerza con paros sorpresivos de dos horas y pedir la renuncia del interventor de EPEC Carlos Caserio. A su término, el gremio se movilizó a la Legislatura para entregar la resolución de la asamblea.
Aquel fue un hecho inédito en la historia de los conflictos gremiales de Córdoba. El diario La Voz del Interior que había titulado en su edición del sábado 12 de mayo de 2001 La soledad de un gremio combativo, señaló que “ni siquiera en el Cordobazo o Viborazo se registró un número tan elevado de detenciones”.
El paro se levantó, pero se mantuvo el estado de alerta y movilización y se ratificó la continuidad del plan de lucha sin importar las intimidaciones, como la requisa policial a la Guardia Norte el 22 de abril.
Finalmente, el 28 de octubre de 2001, Carlos Caserio, quien días antes había confirmado que los pliegos con las ofertas se abrirían «sí o sí», anunciaba la “postergación indefinida” de la concesión de EPEC.
Ni los gobiernos de Angeloz, Mestre y más cerca en el tiempo, de Schiaretti, , pudieron enajenar la Empresa. Tampoco hoy lo lograrán, a pesar que un decreto arbitrario denomine a EPEC, sociedad anónima.
Aquel día fue inolvidable y victorioso para los lucifuercistas.


