En febrero de 1954, Eléctrum evocaba a través de la claridad de un joven Agustín Tosco, los primeros diez años de vida de nuestra institución sindical: …“Inmensa gratitud debemos a los primeros iniciadores, a aquellos hombres que en épocas inciertas (…) no titubearon un momento y con su visión genial de un porvenir mejor no descansaron y expusieron sus situaciones arriesgando todo con el único objetivo de hacer de una vez por todas, la justicia social imperante de una clase (la trabajadora) hasta entonces desposeída de elementales derechos y atribulada por inhumanos deberes”.

Previo a la estatización que impulsó el peronismo, los trabajadores del servicio eléctrico de Córdoba pertenecían a la Compañía de Luz y Fuerza Motriz y Compañía General de Electricidad, de capital extranjero, que además de brindar un servicio deficiente no reconocían derechos laborales. Luego de asumir Juan Domingo Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión, envía asesores a todo el país para fomentar la sindicalización; en Córdoba es designado el cura Rafael Moreno para que colabore en las primeras reuniones de los trabajadores de las dos empresas eléctricas que ansiaban constituir un sindicato. Es así como el 5 de febrero de 1944 se llevó a cabo una asamblea en el Círculo Obrero Católico donde nace nuestra organización sindical.

Julio “Quebracho» Murúa fue elegido presidente de la Unión Sindical de Empleados y Obreros de las Compañías Productoras de Electricidad, primera denominación que tuvo Luz y Fuerza de Córdoba. La comisión provisoria presidida por Murúa e integrada también por Cristóbal Sierra y Atilio Borserini, entre otros fundadores, fue la que elaboró el Estatuto Sindical que permitió la elección de Borserini ya como secretario General, sucediendo a “Quebracho”.

PRIMERAS CONQUISTAS

Durante el gobierno peronista, nuestro sindicato conducido por Cristóbal Sierra, promovió la estatización del servicio eléctrico que se logró el 11 de noviembre de 1946. Posteriormente se fueron consiguiendo importantes conquistas y se inició un proceso de consolidación y crecimiento. En 1950 se firmó el primer Convenio Colectivo de Trabajo.

Aquel fue un período donde el gremio pudo debatir con el Gobierno y alcanzar acuerdos tal como la integración de las dependencias provinciales de energía en una sola empresa pública, que poco después, el 31 de diciembre de 1952, se convertiría en la Empresa Provincial de Energía.

Tras el golpe de 1955, el Consejo Directivo de Luz y Fuerza de Córdoba renunció y se nombra un interventor. En 1956 se logró recuperar el sindicato y se convoca a elecciones en las que Agustín Tosco resultó elegido secretario General por primera vez.

ACONTECIMIENTOS QUE NOS MARCARON

Uno de los hechos importantes para la organización sindical se desarrolló el 6 de marzo de 1967, ese día se llevó a cabo la primera Asamblea General en el flamante edificio de calle Deán Funes 672. Fue el bautismo de lucha de nuestra actual sede sindical.

En los meses previos al Cordobazo se multiplicaron las manifestaciones en las que el gremio participó activamente. El asesinato de tres estudiantes en Rosario llevó a las dos CGT nacionales a convocar un paro nacional para el 30 de mayo de 1969. En el plenario de la CGT local, Tosco propuso que el paro se adelantara un día y que fuese activo, con movilización. El 29 de mayo la CGT Córdoba realizó un paro activo con movilización masiva al centro de la ciudad. Se desata la represión policial y cae asesinado Máximo Mena, lo que provoca la furia de miles de obreros y estudiantes que con el apoyo de gran parte del pueblo se enfrentaron a la policía. A la mañana siguiente fueron detenidos varios dirigentes, entre ellos Agustín Tosco, Tomás Di Toffino, Felipe Alberti, Simón Grigaitis y Hugo Ortiz. A fin de ese año, debido a la presión y la lucha de los trabajadores, Onganía declara una amnistía y son liberados.

En febrero de 1970, el sindicato es intervenido y surge la Dirección Sindical en la Resistencia. Hasta la recuperación del Gremio, casi un año y ocho meses después, la Dirección en la Resistencia desarrolló una intensa actividad bajo continuo hostigamiento policial, procurando no sólo que se vaya el interventor sino también la liberación de Tosco detenido luego de otra de las gestas históricas, el Viborazo, que Luz y Fuerza protagonizó junto a otros gremios. A cargo de la Secretaría General quedó Ramón Contreras, compañero que ya había conducido el Gremio a mediados de la década del 60. En septiembre del 71 cesa la intervención, convocándose de inmediato a elecciones en las que Tosco es reelecto secretario General estando aún en la cárcel.

En esos años convulsionados, la sede sindical sufrió varios atentados. El primero, en julio de 1973, ocurrió en horas de la noche: un grupo comando ligado a la Triple A, hizo detonar una bomba en la puerta de nuestro Sindicato mientras el Consejo Directivo se encontraba reunido en el segundo piso. Rápidamente se organizó una férrea y valerosa defensa que frustró el intento de ingresar al edificio sindical atacada también a balazos. Nuestro sindicato tamivén fue atacado a balazos, allanado e intervenido el 9 de octubre del 74 por orden de Lacabanne. Con la muerte de Agustín Tosco en la clandestinidad el 5 de noviembre del 75, quedó al frente de la Conducción en la Resistencia, Titi Di Toffino.

RECUPERACIÓN DEL GRE­MIO Y EL CONVENIO

Superada la etapa más despiadada de la dictadura cívico-militar iniciada en marzo de 1976, en la que fueron secuestrados y desaparecidos Di Toffino, Caffaratti, Vives y Brizuela, y apenas se dio la oportunidad, un grupo de compañeros de distintos sectores fueron organizándose nuevamente con la premisa de recuperar el sindicato. En 1980 se formó en la clandestinidad la Coordinadora de Agrupaciones de Luz y Fuerza, que concentró todo el accionar gremial con la conducción de Ramón Contreras, Oscar Filippini y Alberto Fonseca. En el Día del Trabajador de la Electricidad de 1982, con una presencia masiva de compañeros, la Coordinadora de Agrupaciones convocó a constituir el Cuerpo General de Delegados en la Resistencia. Cada sector de trabajo eligió a sus representantes y el 11 de octubre se conformó la Mesa Ejecutiva del Cuerpo de Delegados que fue respaldada con 1000 firmas y facultada para presentar ante la intervención en FATLyF el acta donde se solicitó la normalización de nuestro sindicato y el reconocimiento de la Mesa Ejecutiva integrada por Filippini, Fonseca, Cachulín Álvarez y Contreras. El 3 de noviembre del 83, la Mesa Ejecutiva del CGD fue reconocida por el ministro de Trabajo y EPEC como Comisión Transitoria que asumirá la conducción del Gremio, a la que se sumaron Lorenzo Racero y Abel Avendaño. La primera medida fue iniciar la reincorporación de los compañeros cesantes.

Debido a que Ramón Contreras fu elegido senador provincial en diciembre de 1983, tomó su lugar en la Comisión Transitoria Dante Nicolatto.

La normalización de nuestro sindicato se logró en noviembre de 1984, siendo elegido secretario General Sixto Ceballos. La recuperación de nuestro Convenio Colectivo de Trabajo 165/75 se logró en febrero de 1986 tras una férrea lucha.

EPEC NO SE DIVIDE NI SE VENDE

A lo largo de la década del ‘90 nuestra organización sindical conducida por Juan Lorenzo Racero, enfrentó la política de privatización que marcó esa época. Una de las luchas que dio Luz y Fuerza fue cuando el gobernador Angeloz promovió una reforma del Estado que amenazó no sólo el carácter estatal de EPEC al habilitar la concesión total, sino también derechos consagrados en los convenios colectivos. En 1992 el Gobierno intentó otorgar a un privado la explotación de las centrales Sudoeste (Bazán) y Zanichelli de Pilar y la respuesta fue un espontáneo abandono de tareas de unos mil compañeros que se autoconvocaron para resistir, iniciando lo que se llamó “la lucha de los 64 días». Al año siguiente, Angeloz intentó sin éxito transformar por primera vez a EPEC en una sociedad anónima mediante una SAPEM, Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria, lo cual el gremio rechazó con un plan de lucha.

Durante el gobierno de Mestre, nuestro gremio también desafío y resistió la intención de convertir a EPEC en una sociedad anónima, dividiéndola en dos empresas de generación y distribución y tercerizando importantes sectores operativos. La consigna que elevó como bandera nuestro gremio fue “EPEC no se divide ni se vende». Al hacernos eco de que el entonces interventor de la empresa, Mazzini Pinto, pretendía privatizar y dividir EPEC, se llevó a cabo la histórica asamblea del 3 de octubre de 1996 a la que concurrieron más de l.500 compañeros que votaron unánimemente el rechazo al proyecto de nuevo Marco Regulatorio Eléctrico. Se dispuso crear una Comisión integrada por los compañeros Gabriel Suárez, Juan Leyría, Alfredo Seydell, Ricardo Bettini, Hilario Canelo, Ricardo Acosta y Jorge Astrada, con el mandato de acompañar al Secretario General Lorenzo Racero en todas las gestiones y acciones para mantener la empresa estatal e integrada y lograr la renuncia del interventor. Ese fin de año el gremio consigue un nuevo triunfo contra los intentos de privatización, logrando que la Legislatura de la provincia aprobara el Marco Regulatorio Eléctrico con las modificaciones propuestas por Luz y Fuerza, quedando plenamente ratificado el carácter de empresa estatal e integrada de EPEC.

En julio de 1998, Mestre volvió a la carga con la tercerización de Medidores y Conexiones y Toma Estados, pero no pudo avanzar por la contundente respuesta del gremio. El ministro Aguad ordenó reprimir y detener a Gabriel Suárez, Juan Leyría, Alfredo Seydell, Roque Nañez, Guillermo Figueroa y Tomás Di Toffino, que a la postre fueron liberados por la Justicia ante la falta de fundamentos y por la presión de los lucifuercistas que permanecieron concentrados los cinco días que los compañeros estuvieron arrestados. Al final el Gobierno se vio obligado a firmar un acta acuerdo con el sindicato que contemplaba la reestructuración de EPEC como empresa del Estado, la que fue aprobada por la asamblea del 28 de agosto.

En julio de 1999, el nuevo gobernador, De la Sota, designó como presidente de EPEC a Carlos Bastos, de reconocido perfil privatista. Al poco tiempo envió un proyecto a la Legislatura para directamente privatizar la Empresa. La votación en la Legislatura se realizó en medio de un gran escándalo que involucró denuncias de nuestro sindicato al senador Bodega por el cobro de coima a cambio de su voto.

El 7 de diciembre de 2000, Lorenzo Racero fue elegido una vez más al frente del sindicato, con una inmensa participación de compañeros en las urnas. El gremio mantuvo una sólida unidad y en la Asamblea General del 14 de marzo de 2001 resolvió un plan de acción por la derogación de la “Ley Bodega» para impedir el desmantelamiento de EPEC.

El 20 de octubre De la Sota insistió con la privatización y ante el accionar del gremio fueron libradas órdenes de captura contra Lorenzo Racero, Juan Leyría, Santiago Clavijo y nuestro Secretario General Jorge Molina Herrera, quien fue detenido. Gabriel Suárez quedó a cargo de llevar adelante el plan de lucha del sindicato. Se acerca el final: la asamblea decide convocar a un paro por 24 horas el lunes 29 de octubre de 2001, pero la mañana del domingo el ministro Caserio anuncia por Radio Universidad que se había tomado la decisión de suspender el proceso de licitación, luego de que salieran a la luz detalles que demostraban que había habido coimas para aprobar el proyecto de ley.

Fue un triunfo histórico de Luz y Fuerza.

MIENTRAS SE VIOLENTEN DERECHOS, NO DEPONDREMOS LA LUCHA

Lorenzo Racero fallece el 16 de febrero de 2002 y asume la conducción sindical Juan Leyría. En esta nueva etapa, sostuvimos la defensa de nuestras conquistas y siguiendo nuestros principios, conseguimos mantener intacto el Convenio Colectivo y concretar el nuevo Estatuto Orgánico de EPEC sancionado en febrero de 2003, con el que se aseguró el fortalecimiento de la EPEC estatal e integrada manteniendo el reconocimiento total de todos los artículos de nuestro Convenio Colectivo de Trabajo.

En diciembre de 2012, Gabriel Suárez fue elegido Secretario General con amplio apoyo y asumió el liderazgo del Gremio con el objetivo de rediscutir la política de ingresos y estar permanentemente en los sectores de trabajo para receptar y solucionar las necesidades de los compañeros a través de un fundamental mecanismo de cogestión, el Consejo de Empresa.

Con el gobierno neoliberal de Macri acompañado por el gobernador Schiaretti, nuestro Sindicato emprendió junto a otros gremios combativos, la resistencia contra el modelo de exclusión social y la defensa del salario y las jubilaciones.

En abril de 2018, Luz y Fuerza de Córdoba inició un plan de lucha en rechazo a la consabida intención del Gobierno provincial de privatizar EPEC y eliminar conquistas sindicales de nuestro Convenio Colectivo de Trabajo. Por instrucciones directas del gobernador Schiaretti, el directorio cortó abruptamente el diálogo y adoptó medidas que afectaron el normal desarrollo de nuestra actividad, denunciando también sin éxito nuestro Convenio. Ante este accionar arbitrario y antisindical, nuestro Gremio puso en marcha una fuerte campaña de esclarecimiento, realizando además movilizaciones respaldadas masivamente por diversos sectores sindicales y sociales.

Luz y Fuerza rechazó el proyecto de marco regulatorio eléctrico privatizador, promovió acciones contra el tarifazo de los servicios públicos y apoyó el reclamo de usuarios y centros vecinales perjudicados por el tarifazo, a la vez que denunció al anterior directorio de EPEC en la Justicia provincial y federal por los desmanejos económicos, irregularidades en las contrataciones directas y constantes violaciones de normas legales, persecución y sanciones arbitrarias a los trabajadores, traslados compulsivos, pedido de exclusión de tutela sindical y la injustificada cesantía de compañeros con fueros gremiales.

Gracias a la lucha y fortaleza de los lucifuercistas, el Convenio Colectivo de Trabajo está plenamente vigente y EPEC es estatal e integrada. Estas banderas son irrenunciables e innegociables para la conducción que desde el 20 de diciembre de 2023 encabeza Jorge Molina Herrera. En el primer año de gestión se alcanzaron distintos logros en beneficio de los compañeros, pero como siempre hemos afirmado, la lucha sindical será interminable mientras haya derechos que defender. Hoy el desafío que se nos presenta es la decisión del gobierno de Llaryora de convertir a EPEC en sociedad anónima, que el conjunto del gremio rechaza rotundamente y se prepara, con la histórica premisa de la unidad en la acción, para repeler un intento más de priv