Los hombres de valor que exponen los negocios del poder, sólo pueden silenciarse apagando su luz

Han transcurrido 34 años del asesinato de Regino Maders y el reclamo de justicia prevalece frente al velo de impunidad que deshonra la democracia.

Seguramente aún están en la oscuridad más hechos de la corrupción que motivaron a Regino Maders a investigar distintas irregularidades dentro y a través de EPEC durante el gobierno de Eduardo Angeloz.

A los hombres de valor que buscan exponer los negocios del poder, sólo se los puede silenciar apagando su luz, como ocurrió aquel aciago 6 de septiembre de 1991 con el compañero Maders, quien por méritos propios desempeñaba en ese momento un cargo clave en EPEC, en el área Movimiento de Energía.

Al final los ideólogos de su muerte no tuvieron condena, pero podemos lograr que no tengan paz recordando la lucha y convicciones de Regino Maders. Persiste una deuda de la Justicia que no prescribe y no sólo con la familia Maders, sino también con la sociedad cordobesa.