LUCHANDO POR LA IDENTIDAD

El próximo jueves 22 de agosto a las 19:30 hs, se presenta en nuestra Sala Agustín Tosco el libro Desmalvinizados con Historia, que reúne relatos de 30 ex Combatientes de Malvinas no reconocidos por el estado como Veteranos de Guerra.  Se trata de ex soldados conscriptos que cumplieron servicio en la Costa Patagónica o en el Continente y que formaron parte de lo que se conoce como el TOAS (Teatro de Operaciones Atlántico Sur).

A lo largo de los años, desde terminada la Guerra luchan contra el olvido y el ocultamiento, reclamando un reconocimiento que no llega plenamente.

Sus historias, su amor por Malvinas, su dolor por el olvido y la lucha por un merecido reconocimiento se condensan en este libro que recupera los relatos y testimonios de estos protagonistas de la Guerra de Malvinas. 

César Ortiz, ex soldado de la Compañía de Comunicaciones 9 e integrante de la Asociación Civil de Veteranos No reconocidos Glorioso Grupo 8, nos cuenta la lucha de estos soldados de Malvinas a quienes se les niega su identidad de Veteranos de Guerra.   

Defensa y Logística área en la Costa Patagónica

Los Teatros de Operaciones durante la Guerra de Malvinas fueron creados desde el inicio de la Guerra el 2 de abril de 1982, en función de las necesidades estratégicas defensivas y operacionales.

El inicial TOM (Teatro de Operaciones Malvinas) fue disuelto el 7 de abril de 1982 transfiriendo sus operaciones al TOAS (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur) y siendo complementado por el TOS (Teatro de Operaciones Sur), abarcando a todas las 

unidades militares ubicadas en la Costa Patagónica y en el territorio continental al sur de paralelo 42°, que llevaron adelante la fundamental tarea de proteger las bases, comunicaciones y logística costera, dando seguridad a las bases para el despliegue de las aeronaves de la Fuerza Aérea. 

César Ortiz y sus compañeros de la Compañía de Comunicaciones 9 hicieron el Servicio Militar Obligatorio en Comodoro Rivadavia, con una instrucción muy fuerte que luego entendieron cuando se declara la Guerra el 2 de abril, y cumplieron órdenes operacionales en la costa Patagónica, “participamos directamente del conflicto”, enfatiza, puntualizando algunos de hechos.

Las 6 bases áreas de las costas patagónicas, fueron base de logística, sobre todo las de Comodoro Rivadavia. Eran puntos estratégicos para atacar desde el punto de vista del enemigo preocupados por el poderío de la Fuerza Aérea Argentina. Los letales ataques de los pilotos argentinos sobre la flota naval británica partieron desde estas bases costeras custodiadas por estos jóvenes soldados que luchan por un reconocimiento que merecen.   “Nosotros hicimos toda la logística para enviar armamento, ropa, medicamentos, abastecer leña, combustible, toda esa logística sin la cual una guerra no se puede llevar adelante.  Nunca me dijeron que me iban a trasladar a Malvinas, siempre me dijeron que mi misión era custodiar los tanques de combustibles de YPF que estaban pegaditos a nuestra Compañía, en el KM 3 de Comodoro Rivadavia, sin ese combustible, no podías seguir la Guerra”.

“Hubo una orden de combate y nosotros la cumplimos, que fue la defensa del Litoral Marítimo Argentino. Durante el Conflicto, estábamos todo el tiempo con el arma encima. Hubo sobre nuestras posiciones varias alertas rojas, y aproximadamente 20 incursiones   de Comandos en las Costas Patagónicas para destruir los aeropuertos, matar los pilotos. Está la famosa operación Mikado en Tierra del Fuego, donde los Comandos Ingleses quisieron destruir sin éxito la flota de aviones Super Étendard y los misiles Exocet.

En nuestro caso, de la Compañía de Comunicaciones 9 tuvimos la incursión de buzos tácticos ingleses en los Tanques de combustible de YPF para destruirlos. Yo participé de esa operación en el KM 3 de Comodoro Rivadavia, el encuentro con los Buzos tácticos británicos que son los mejores del mundo, es algo de lo que cuento en el libro, y la verdad es que me marcó para siempre porque nosotros éramos jóvenes entre 18 y 19 años, estábamos ahí y no podíamos abandonar el puesto, estábamos dispuestos a dar todo por la Patria, esperando la muerte”.

Una larga lucha por el reconocimiento

Terminada la Guerra, la mayoría de estos soldados sufrieron un injusto olvido que, poco a poco, han ido desandando, en base a honor, orgullo y memoria: “La Guerra de Malvinas nos traspasó la vida y la falta de reconocimiento por parte del estado es muy vil. Nosotros no somos los únicos, hay muchas víctimas del estado argentino, como las comunidades aborígenes.  En nuestro caso, fuimos ocultados, padeciendo muchas situaciones complicadas, algunos en situación de calle, la mayoría con trabajos informales y precarios, sin obra social, una situación que no nos merecemos por haber defendido la Patria siendo tan jóvenes”.   

Ortiz narra que el primer reconocimiento lo realiza el proceso militar antes de irse con “una ley de asistencia psicológica y física a todos los soldados que habían participado de la Guerra, en las Islas, en el Mar y en la costa patagónica”.

En 1984 salió la ley 23109 que reconoce a los Veteranos de Guerra de Malvinas una serie de beneficios, como trabajo, salud, vivienda y educación. En esa primera Ley estuvieron incluidos, “en un principio reconocieron a todos los soldados”, hay compañeros que estuvieron con nosotros que acceden a la casa y otros beneficios.

En 1988 cuando los Carapintada toman los cuarteles, acuerdan con Alfonsín que los declaren a ellos Veteranos de Guerra, pero “se dan cuenta que íbamos a ser muchos para cobrar la pensión, entonces sacan el decreto reglamentario 509/88, cambiando los términos del Teatro de Operaciones, usando la delimitación geográfica del teatro de operaciones inglés y no el argentino, diciendo que para ser veterano de guerra había que haber estado a 12 millas de la Costa. Es un decreto inconstitucional pero que es usado por el Ministerio de Defensa para que nosotros no podamos tener el reconocimiento que merecemos”.

Desde ese momento numerosas Agrupaciones comienzan una lucha por lograr el reconocimiento como Veteranos de Malvinas, parte de esa lucha fue un recordado acampe en Plaza de Mayo sostenido durante 10 años reclamando por esta situación.

En la Justicia, el primer fallo que emite la Corte Suprema de la Nación es para un suboficial Jerez, que estuvo en Río Gallegos y lo declaran Veterano de Guerra, era un antecedente para todos los que estuvimos en el TOAS. Pero por la presión de los “Veteranos oficialmente reconocidos que no quieren que se reconozcan más veteranos del TOAS, en 2015 la Corte falla en contra del reclamo de 22 cordobeses muchos de los cuales participan del libro, contradiciendo un fallo anterior. Los veteranos oficialmente reconocidos apretaron para que no salga, de una manera antidemocrática y fascista.  

El argumento de la Corte en ese fallo fue que no había documentación que avalara lo que decíamos, pero los archivos secretos ya habían sido desclasificados durante la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, y ahí estaba la documentación de nuestro accionar.

 Así llegamos a este punto donde se crearon dos jurisprudencias: el caso Jerez y el caso Arfinetti. Nosotros tenemos 350 juicio ganados, que le aplicaron la doctrina Jerez, soldados a los que se los reconoció como Veteranos de Guerra. Y a otros, que les aplicaron el fallo Arfinetti, les negaron el reconocimiento, siendo que muchas veces estuvieron uno al lado del otro cumpliendo servicio.

Esta dualidad ha generado mucha injusticia, incluso ahora quieren desconocer los 17 muertos de Malvinas que son del continente y forman parte de los 649 Héroes de Malvinas, todo es parte de una desmalvinización que ocultó una parte de la historia.”

Reconocimiento al ejemplo de Tosco

Ortiz agradeció al Sindicato abrir las puertas de nuestra Sala Agustín Tosco para presentar el libro. «Nosotros hemos seguido siempre la lucha y en ese camino este libro va a ser muy significativo, un golpe duro para este negacionismo histórico que quieren imponer.

Estamos muy agradecidos por que además es un lugar emblemático que significa lucha, personalmente también es un gran orgullo porque mi viejo fue militante político y compartió con Agustín Tosco la lucha del Cordobazo y de aquellos años.”