SE DICTÓ UN CURSO DE ROTURAS Y ACONDICIONAMIENTO
Es habitual que todos los años se realice un curso de shiwari o tameshiwari (roturas y acondicionamiento), que es experiencia nueva para las personas que lo realizan por primera vez y representa un nuevo “desafío” para los karatecas con rodaje.
Nuestra Escuela de Karate-do Ketsugo preserva en sus exámenes de graduación las roturas de materiales y otros ejercicios que en las reglas del bushido (leyes en el camino del guerrero) permiten la unificación del cuerpo, la mente y el espíritu en una expresión libre con orden, investigación y creatividad.
Esta actividad se desarrolló el pasado sábado 23 de noviembre en el dojo de la sede sindical.
Sensei Novak explica el tameshiwari
Eduardo Novak, director de nuestra escuela de karate, señaló respecto a este arte que es el tameshiwari o shiwari, que surgió en el entrenamiento en artes marciales como complemento. “Es así como el hombre primitivo asediado por las garras y colmillos de las fieras o animales, debió valerse de su cualidad diferencial, la razón. Descubrió así que sus armas naturales, debidamente templadas y unidas a la concentración de la defensa de sus propios derechos, se convertían en instrumentos de combate de inusitada potencia”.
El budoka o samurai, además de la práctica en artes marciales (defensa personal), aprendía los lineamientos de la ceremonia del té chanoyu, caligrafía shodo y kuatsu, que es la reanimación por golpes, etc.
Sensei Novak resaltó que la finalidad de las disciplinas orientales a través de un entrenamiento prolongado de sacrificio y esfuerzo, es llegar al ansiado equilibrio, armonizando lo consciente con lo inconsciente (la no dualidad) a través del satori. La rotura debe lograrse en este estado.
“El fin de la concentración no es quebrar un material sino estar más allá de los pensamientos que lo perturban, de las emociones inestables, aquietando la mente y el espíritu. Así se llega al momento justo del golpe”, explicó. “Seguramente si la ejecución se realiza en este estado de confianza en sí mismo, el obstáculo o la dificultad se superará positivamente. Lo importante radica en el esfuerzo, sin intenciones, `mushotoku”.
Ahondando sobre la experiencia en roturas, Novak puntualizó que las técnicas se aplican de forma distinta; el alumno proyectará imaginativamente la situación y realizará con la misma concentración el movimiento en el aire. Descubrirá las posibilidades que anidan en su interior y se comprometerá a un sondeo cada vez más profundo, más enriquecedor.
“Si persigues un fin te encadenas, si todo lo que haces, lo haces como si fuera un fin en sí mismo, te liberas”, clarificó el sensei.
La ejecución de la rotura debe ir acompañada con un kiai, que es un grito.
Curso de tameshiwari en nuestro dojo del sindicato