Emblema de la lucha obrera que no olvidamos
Hace 17 años, el Movimiento Obrero perdía a un querido compañero y dirigente combativo que condujo emblemáticas luchas: Saúl Edólver Ubaldini. Sucedió el 19 de noviembre de 2006.
Solía hablar de la necesidad de tener memoria y siempre bajaba un mensaje lapidarios, le reprochaba a los políticos que en los tiempos difíciles se refugiaban en los sindicatos y después veían al sindicalismo como si “fuesen leprosos”, desdeñaba a los grandes capitales porque sólo pensaban en explotar al trabajador y condenaba a “los que mataron, persiguieron o encarcelaron a los compañeros”.
Fiel a su estilo, tomó una posición combativa frente a la dictadura, enrolándose en el sector del Movimiento Obrero de mayor resistencia: la Comisión de los 25 Gremios Peronistas.
En tiempos de dictadura, cuando el ministro de Trabajo militar anunció una reforma de la ley de Asociaciones Profesionales que recortaba aún más los derechos de los trabajadores, la Comisión de “Los 25″ llamó a una jornada nacional de protesta para el 27 de abril de 1979. Ubaldini y otros dirigentes asistieron a la reunión convocada por el ministro a pesar de la posibilidad de ser detenidos. Por eso dejaron organizado un Comité de Huelga para que la jornada de protesta se realizara igualmente. Al salir de la reunión, uno a uno fueron detenidos.
El primer paro contra la dictadura se concretó el día 27, como estaba previsto, y Ubaldini lo siguió desde su celda.
Pero hubo otros jalones a lo largo de su vida gremial. Luego de ser elegido Secretario General de la CGT Brasil (la central obrera que durante la última dictadura se diferenció de la conciliadora CGT Azopardo), Saúl encabezó la primera movilización multitudinaria desde el golpe, realizada el 7 de noviembre de 1981. Unos diez mil trabajadores marcharon hacia la iglesia de San Cayetano, llevando la célebre consigna de “Pan, Paz y Trabajo”. El 30 de marzo de 1982 (dos días antes del operativo para recuperar Malvinas), volvió a liderar otra jornada de lucha en las calles que fue reprimida ferozmente. Ubaldini fue detenido y estuvo preso en la cárcel de Caseros hasta julio de ese año.
Recuperada la democracia en diciembre de 1983, continuó dedicado de lleno a la defensa de los intereses de los trabajadores como Secretario General de la CGT reunificada. Asumió un perfil crítico, primero contra el gobierno de Alfonsín por la “ley Mucci” que planteó un reordenamiento a nivel sindical, y después hacia el gobierno de Menem por implantar un modelo neoliberal y privatizador que significó traicionar la confianza de los trabajadores.
Ubaldini lideró la CGT hasta 1992 y fue uno de los dirigentes que formó el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) en febrero de 1994, que enfrentó sin miramientos al modelo menemista.