¡PRESENTE!
Cristóbal Sierra ha dejado una huella indeleble en la rica historia de Luz y Fuerza, cuya trayectoria debe ser reconocida y valorada, no sólo por su militancia en la etapa fundacional sino también por su contribución a nuestra institución sindical, de la que fue secretario General entre 1947 y 1955.
Gracias al compañero Sierra y otros dirigentes, es que hoy podemos gozar de un convenio y otras conquistas.
Su precipitado fallecimiento el 26 de noviembre del ‘55, poco después del golpe a Juan Domingo Perón, truncó su voluntad de seguir brindándose a nuestro gremio.
Uno de los artífices de conquistas fundamentales
El capítulo de nuestra maravillosa historia, que tuvo a Cristóbal Sierra como uno de los protagonistas, junto a otros compañeros como el recordado Julio “Quebracho” Murúa (primer conductor) y Atilio Borserini, es de vital importancia. En este período, además de la fundación de nuestro Sindicato (entonces denominada Unión Sindical de Empleados y Obreros de las Compañías Productoras de Electricidad), se logró la estatización del servicio eléctrico el 11 de noviembre de 1946 y la creación de la primera empresa pública antecesora de EPEC; la incorporación de nuestros compañeros al sistema previsional, ingresando a la Caja de Jubilaciones, la conformación de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza en 1948, donde Sierra fue Secretario Adjunto. También se firmó el primer Convenio Colectivo de Trabajo en 1950, se promovió la creación de EPEC el 31 de diciembre de 1952 y apareció el Eléctrum en septiembre del ‘53, con el impulso de un joven Agustín Tosco, siendo Secretario General Cristóbal Sierra.
Fueron momentos de intensa lucha para la consolidación y crecimiento de nuestra institución sindical, con el decidido respaldo de los trabajadores de Luz y Fuerza de Córdoba.
En palabras de Cristóbal Sierra, la primera comisión trazó dos objetivos primordiales: el derecho a tratar de igual a igual con la patronal y la reivindicación económica tan largamente esperada por todos. Estas dos metas se cumplieron con creces merced al temple de los compañeros que integraron el primer consejo directivo y el apoyo incondicional del entonces Secretario de Trabajo y Previsión Juan Domingo Perón. Esa comisión que nos representara ante las patronales y los poderes públicos, contagió a los compañeros más remisos que terminaron por agremiarse casi en su totalidad.
El surgimiento del Sindicato, sin embargo, no fue suficiente para hacer aplicar las primeras mejoras. Cuenta Cristóbal Sierra que las compañías privadas ponían la excusa que no podían decidir cuestiones que estaban en manos de los gerentes a nivel nacional, dilatando de este modo todos los avances. Por eso, desde el interior se dio empuje a la necesidad de unidad de todos los trabajadores de Luz y Fuerza en una entidad nacional. Además, había comenzado a superponerse jurisdicciones y convenios particulares muy dispares entre sí.
Estos son algunos de los logros de la gestión de Cristóbal Sierra al frente de Luz y Fuerza de Córdoba.
Tras el golpe de la fusiladora en septiembre de 1955, la conducción sindical encabezada por Sierra tomó una difícil decisión, pero perspicaz para evitar que se nombrara a un interventor militar en el sindicato: dimitieron a sus cargos, lo que permitió allanar poco después un nuevo proceso eleccionario.
Sierra falleció joven, seguramente golpeado por toda aquella experiencia agobiante, pero su vida estuvo marcada por la conquista de anhelos que son los mismos que tenemos los lucifuercistas de hoy.
Atesoremos este mensaje que Cristóbal Sierra nos legó a través del Eléctrum pocos meses antes del golpe a Perón: “Muchos enemigos tiene el sindicato, muchos objetan en su contra, pero una cosa queda en pie: si el obrero quiere tener una participación más justa, si quiere completar su libertad política con su libertad económica, si quiere asumir la parte de responsabilidad que le incumbe en la dirección del trabajo en las formas de las estructuras económicas de su país y del mundo, no tiene más que un camino: unirse a sus compañeros de trabajo. La redención del proletariado sólo puede realizarla el mismo proletariado”.
(foto)Cristóbal Sierra en reunión del Consejo Directivo en la antigua sede sindical de calle San Jerónimo (década del ‘50)